La fiabilidad de los equipos de producción es fundamental para garantizar una alta productividad y, como consecuencia, mayor competitividad. Para ello, el mantenimiento predictivo es el método más eficaz y económico. Predecir las posibles averías permite programar las actuaciones con el mínimo coste y evitar interrupciones en la línea de producción.
Los equipos eléctricos y mecánicos en una instalación por lo general se desajustan gradualmente con el tiempo. En los problemas de aparatos eléctricos, se presenta un aumento de la temperatura proporcional al aumento de la resistencia. Lo mismo ocurre con los motores eléctricos, cajas de engranajes, rodamientos y montajes mecánicos. Estos problemas pueden causar paradas de producción inesperados y crear condiciones inseguras. El resultado es la baja productividad y productos de baja calidad.
Optimizando el consumo energético, se reduce el impacto medioambiental de cualquier actividad. En estos campos la termografía demuestra todo su potencial, ya que la temperatura es un factor fundamental en el funcionamiento de los sistemas mecánicos y eléctricos.
La mayor parte de las anomalías en los sistemas mecánicos y eléctricos están precedidas por cambios en su patrón térmico. Desgastes, rozamientos, desalineaciones, fatigas, corrosión, cargas inductivas, resistencias,… producen aumentos de temperatura anormales que son localizados por un termógrafo experimentado.
