Las cámaras termográficas son cada vez más conocidas, hay más modelos donde elegir, y se presentan con un abanico de prestaciones muy amplio. Desde las más asequibles, de muy baja resolución, hasta las más avanzadas con resoluciones de imagen impensables no hace mucho.
Pero, ¿qué se puede hacer con cada una de estas cámaras?
Hay cámaras de 60 x 60 (3.600 píxeles infrarrojos). SI tuviese una lente de 24º, su campo de visión por píxel, IFOV,sería de 6,6, mrad. Con esto, podrá distinguir un objeto de 1 cm, desde una distancia de 1,51 m.
Si el microbolómetro tuviese 640 x 480 (307.200 píxeles), con la misma lente, su IFOV será de 0,6 mrad, es decir, podrá distinguir un cuerpo de 1 cm desde 16,6 m de dsitancia.
Al igual que una cámara fotográfica, a mayor resolución, veremos más nítido. Pero con las cámaras termográficas, además, TAMBIÉN MEDIMOS. ¿Cómo nos afecta la resolución?.
Cada píxel es un detector térmico que informa de la intensidad de radiación infrarroja que recibe. Un microbolómetro de poca resolución tendrá los píxeles muy grandes, y la imagen de un objeto pequeño no cubrirá toda la superficie del píxel. La radiación que recibe será, parte proveniente del objeto y parte del entorno, por lo que la medición dará una lectura NO REAL.
Mayor resolución implica mayor fiabilidad de los lecturas.
Por ello, las cámara de baja gama sólo se pueden utilizar para trabajos que no necesiten precisión y a muy cortas distancias. (Otro día hablaremos de otros parámetros , como las sensibilidad térmica, NETD)
PARA MEDIR BIEN, HAY QUE VER BIEN.
Los beneficios de una empresa de eficiencia energética se basan en garantizar los retornos de inversión, y éstos dependen de la eficacia de sus soluciones. A su vez, éstas dependen de la precisión y veracidad de las mediciones en las que basan sus cálculos.
Una medición termográfica de las temperaturas requiere de una rigurosa calibración y metodología, una correcta interpretación y la utilización de cámaras y software de altas prestaciones.
Hemos visto que el uso de cámaras con resoluciones pequeñas implica que la medida de la temperatura de un punto caliente la realizan pocos píxeles, con lo que la precisión disminuye. Esta situación puede cambiar por completo el criterio de severidad de una anomalía ó el cálculo energético de una instalación.
Un buen equipo es importante para un trabajo profesional, pero la formación del termógrafo también.
La termografia nos da una información tan gráfica que puede llevar a engaño. Recordemos que las cámaras no leen temperaturas, sino intensidades de radiación infrarroja.
Hay muchos parámetros a controlar y que pueden falsear las mediciones (emisividades, reflejos, condiciones ambientales,… La interpretación de un termógrafo formado y experimentado es fundamental para obtener resultados.
El NIVEL I capacita para la termografia cualitativa y la redacción de informes.
El NIVEL II capacita para la termografia cuantitativa, la correcta medición de temperaturas, determinar las emisividad, reflectividad y transmisividad de materiales, y una correcta evaluación de la severidad de las anomalías.
El NIVEL III capacita para la administración de programas de inspecciones termográficas, en combinación de otras técnicas no destructivas.
Por ello pensamos que la certificación del usuario de termografia es necesaria y exigible a la hora de contratar un servicio de termografía. Si contrata a un fotógrafo para cubrir un evento, no le gustará que haga el reportaje con la cámara de su móvil. Indicará poca seriedad.
Una empresa de servicios termográficos profesionales le garantiza los recursos y experiencia necesarias para mediciones fiables, ofreciendo unos informes completos, al tiempo que le libera de la necesidad de un elevado coste en equipos y formación.
Desde AETIR , Asociación Española de Termografia Infrarroja, queremos fomentar la formación de los usuarios para lograr que la termografia sea reconocida como una técnica eficaz en todas sus aplicaciones