La termografia en edificación presenta varias particularidades respecto a otras aplicaciones:
– Reducida amplitud térmica de anomalías. Una anomalía en una instalación eléctrica suele presentar diferenciales de temperatura de decenas de grados, mientras que en edificación (p.e. un puente térmico) esta amplitud es mucho más reducida, por lo que se necesitan cámaras con una elevada sensibilidad NETD.
– En el estudio de envolventes las distancias de inspección son elevadas, por lo que los detalles a inspeccionar aparecen pequeños. Esto obliga al empleo de cámaras con la más alta resolución, pues la medición de temperatura se ve directamente afectada.
– La termografia en edificación está enormemente influenciada por las condiciones ambientales y el carácter transitorio de los flujos de calor. Factores como la carga solar, viento, humedad determinan los momentos adecuados para realizar la inspección en función de las condiciones del edificio y del objeto en estudio. Por ello es determinante la formación y experiencia del termógrafo para lograr resultados útiles.
– Las medidas en rehabilitación energética han de tomarse sobre el comportamiento real del edificio para que lleguen a ser eficaces, y no sólo sobre parámetros teóricos de simulaciones informáticas. Aunque un proyecto obtenga una buena calificación energética, su eficacia depende sobremanera de la calidad de ejecución, y en este sentido la termografia es una excelente herramienta de comprobación de la realidad del edificio. De modo que, al igual que en las instalaciones, donde una vez realizada se efectúa una prueba de funcionamiento para comprobar su calidad, debe verificarse que la envolvente de un edificio nuevo ó rehabilitado está libre de puentes térmicos ó humedades que alteran las propiedades de transmisión de calor del muro.
– Aporta además una documentación fundamental para establecer un diagnóstico energético, decidir las actuaciones a llevar a cabo y comprobar la eficacia de su ejecución.
TermaGraf trabaja especialmente en la divulgación y formación en termografía aplicada a la edificación, con el objetivo de mejorar la eficiencia energética real de los edificios.
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